¿Sabes que son las distorsiones cognitivas y cómo te afectan?

«Nada me sale bien», “nadie me quiere”, “seguro le caigo mal por eso me mira tanto”, ¿Alguna vez escuchaste alguna de estas frases?, o de pronto ¿alguna vez las has dicho tú? Si es así, lee este artículo y sabrás qué hay detrás de cada una de ellas.
Aaron Beck fue un psiquiatra estadounidense considerado el padre de la terapia cognitivo conductual. Este enfoque terapéutico hasta hoy en día es considerado uno de los más efectivos en el abordaje de distintos trastornos como la depresión y la ansiedad.
En su teoría Beck plantea que no son los acontecimientos en sí, los que hacen que una persona sienta malestar, sino que es la forma como la persona interpreta esos acontecimientos lo que va a determinar sus sentimientos y su conducta.
En otras palabras, tus pensamientos tienen una influencia muy grande sobre tus emociones y tus conductas. Hay un tipo de pensamientos que surgen de manera automática y que son los que interpretan los acontecimientos. Solo que muchas veces, estos pensamientos no te dan interpretaciones correctas, distorsionan la realidad, haciendo que interpretes las cosas de manera errada lo cual te hace tener emociones innecesarias y conductas inadecuadas, a este tipo de pensamiento se le llama distorsiones cognitivas.
En este punto te podrás estar preguntando seguro esas distorsiones las tienen solo personas que tienen problemas mentales muy graves, y déjame decirte que no. De hecho, te sorprenderías de saber lo común que es interpretar lo que nos sucede basándonos en alguna distorsión cognitiva.
¿Y para qué me sirve saber esto?
Conocer esto es importante porque cuando nos damos cuenta de que nuestros pensamientos nos están haciendo interpretar las cosas de manera equivocada, empezamos a entender porque nos persiguen ciertas emociones y porque tenemos ciertos comportamientos. Este entender es el primer paso para comenzar a trabajar en cambiar nuestras distorsiones cognitivas y empezar a tener interpretaciones más realistas de lo que nos pasa.
Ahora sí, a continuación, te presento las 4 distorsiones cognitivas más comunes y cómo estas nos hacen interpretar las situaciones:
1. Pensamiento Polarizado.
Este tipo de pensamiento te hace interpretar las cosas de manera extrema, no hay puntos medios. Ejemplos:
“Siempre hago las cosas mal” “Todo es negativo”.
2. Sobregeneralización.
Esto pasa cuando por un caso puntual se generaliza una conclusión para todo. Ejemplos:
“Mi novio no me contesta el teléfono, lo sabía, nadie me quiere” “Fui a una entrevista y no me dieron el empleo, nunca conseguiré trabajo”
3. Afirmación «Debería».
Cuando tienes reglas rígidas y exigentes de cómo tendrían que ser las cosas. Ejemplos:
“a mi edad yo debería estar casada” “debería ser más fuerte”.
4. Visión Catastrófica.
Cuando adelantas los acontecimientos de modo catastrófico y terrible. Ejemplos:
“mejor no lo intento, si de todas maneras voy a perder” “me invitaron a hacer una exposición, pero seguramente me pondré nervioso y lo hará mal, mejor no acepto”.
Este tipo de pensamiento distorsionado interfiere directamente con nuestras conductas y emociones, por ejemplo, si sueles tener una visión catastrófica al interpretar las cosas, serás una persona que tiende a dejar pasar oportunidades, o postergar actividades por tu tendencia a pensar que todo saldrá mal, a la par, el ver que pierdes oportunidades, te hará sentir frustrado, y una persona frustrada por lo general es una persona que se irrita con facilidad.
Del mismo modo si eres una persona que tiende a tener el pensamiento de “debería”, serás una persona cuya autoestima se verá afectada por ver que no logras alcanzar esas exigencias que te autoimpones. Del mismo modo este pensamiento aumenta tus niveles de ansiedad lo cual interferirá en tu cotidianidad.
¿Te das cuenta? Tus pensamientos influyen fuertemente en tu bienestar.
¿se puede hacer algo para cambiar este tipo de pensamiento?
Y la respuesta es sí. Los pensamientos se educan y se reeducan, aunque no siempre es fácil, es decir no ocurre de la noche a la mañana, pero sí existen estrategias para poder aprender a reeducar nuestros pensamientos de tal manera que no nos den información falsa, sino que nos permitan interpretar las cosas de manera más realista.
Entonces la próxima vez que interpretes algún acontecimiento pregúntate ¿Es real lo que me está diciendo mi pensamiento? ¿Hay evidencias de que sea así como lo estoy pensando? ¿Existe alguna otra explicación para lo que acaba de ocurrir? Preguntas como esa te ayudarán a empezar a reeducar algunas de tus distorsiones cognitivas.